“Yo andaba pegado de Aldemaro desde que lo conocí​»

Entrevista a Carlos Morean

Por Nayari Rossi, Marzo 2008

Resulta divertido ver a Carlos Morean llamando a sus amigos para precisar algunos recuerdos, pero ciertamente su memoria no lo traiciona cuando se trata del Maestro Aldemaro Romero, su maestro. “Aldemaro nunca paraba”, dice con los ojos aguarapados. “Él me consiguió un trabajo cuando yo estaba recién casado y mi esposa estaba en estado. Dios lo guarde”.

Morean no oculta su admiración por el Maestro Aldemaro Romero. Lo considera su modelo de vida y ha sido así desde siempre.

“Aldemaro no era de esos que te abrazaban todo el tiempo. Era como un erizo, pero él era muy consecuente con sus afectos y a los que más quería era a los que más regañaba. Un día me dijo que yo era como su hijo músico. Todavía lloro cuando lo recuerdo. Donde él estaba yo iba con él, una vez estábamos en uno de los conciertos María Teresa y sus amigos y ella estaba cantando “Me gusta soñar” y Aldemaro tenía una característica: cuando estaba oyendo música cerraba los ojos y se daba en el pecho con los dedos y cuando terminó María Teresa, él se volteó y me dijo: “oye, a mi me hubiera gustado componer esa canción”. El piropo más hermoso que a mí me han hecho en la vida”, cuenta Morean con una sonrisa de esas que sirven para engañar a las lágrimas.

¿Cómo conoció al maestro?

Yo lo conozco desde los 14 años cuando llegó a mi casa el disco “Dinner en Caracas” que compró mi padrastro. Él lo puso y cuando yo oí ese disco me dije “esto es lo que yo quiero hacer” y esa decisión la tomé con ese disco de Aldemaro, y cuando decidí que quería hacer eso no era solamente hacer ese tipo de música, sino que yo quiero ser así, yo quiero escribir como escribe él, yo quiero componer como él. De muchacho me coleaba en “El Ávila es la cosa”, y una vez me coleé en el backstage y yo no podía creer que estaba a 10 metros de mi ídolo máximo. El amor, la admiración y el querer  ser como él es algo inmenso.

¿Y en persona?

La primera vez que vi a Aldemaro fue por Rosalía su hermana, eso fue en 1968. Nos vimos porque Rosalía invitó a mi novia a su casa y esa fue la primera vez en la vida que lo vi desde cerca. Si me preguntan quiénes estaban ahí no sabría responder porque yo lo que hacía era ver a Aldemaro. Yo me imagino que él vio que no le quitaba los ojos de encima. Entonces mi segundo encuentro con él fue cuando me consiguió trabajo y yo me imagino que él decía “oye este chamo si es chévere”. Yo no me le despegué más nunca.

Festivales en clave de Onda Nueva

Morean participó en las tres únicas ediciones del festival Onda Nueva realizadas en 1971, 1972, 1973. La razón por la cual se realizaron estos festivales, en palabras de Morean, es que “Aldemaro siempre se movió muy bien políticamente aunque no tuviera participación en un partido como tal”. En el primer festival de Onda Nueva yo era atrilero, llegaba a las 6:30 a.m. a poner en orden los puestos de la orquesta, eran como 50 músicos más o menos. Tenía como 23 años. Yo andaba pegado de Aldemaro desde que lo conocí, comenta Morean. Apenas terminó esta primera edición el Maestro le dijo a Morean que representaría a Venezuela en el segundo festival, para ello Morean tendría que escribir la canción.

Todas las semanas me decía ¿qué pasó? y yo le decía que tenía unas ideas y que faltaban diez meses, él me decía “tráeme algo”. Faltando como tres meses él me dijo “mira vale tenemos como nueve meses en esto”, y se me ocurre a mí la ridiculez de decirle que no encontraba la musa. Y molesto me dijo “te vienes ya para mi casa”. Me dijo que componer es un oficio como hacer escaparates, como hacer sillas o como hacer juguetes, es el mismo oficio y hay que sentarse todos los días a componer, al terminar el año hay que tener 365 cosas compuestas y de esas 300 no sirven para nada, 60 son rescatables y cinco son muy buenas, pero valió la pena escribir todo un año para llegar a esas cinco. Yo estaba aterrorizado. Me dijo que tenía tres días y que si en tres días no le llevaba nada entonces la canción no iba para el festival. Entonces llegué a mi casa y con la presión compuse, tenía una línea melódica completa. Me senté a ver que podía decir y no tenía nada”.

Al día siguiente de este episodio Morean tuvo una grabación con Chelique Sarabia, estando en el estudio le mostró lo que tenía. Chelique me llamó en la noche y me dijo que tenía la letra “el despertar trae un nuevo día colgado en cada sueño” y recordé ese viejo verso que le escribí al amor, agarré la letra y le dije que era preciosa, él me dijo que ese de la canción era yo.

Al llevársela al maestro éste le preguntó por el arreglo y le recordó los tres días de plazo que le había dado.  “Cuando al final se la entregué sentí un gran alivio. Aldemaro me dijo que chequeara algunas cosas, me obligaba a pensar. Hasta que me dijo un día: muy bueno, pero me lo dijo con cara de diciéndome vago, sinvergüenza”.

Para el tercer año Morean fue designado como director de la Orquesta. “Para eso me compré un esmoquin carísimo, me costó 600 bolívares cuando el dólar estaba a 4,30. Entonces llegué yo con mi esmoquin y me quedé sentado, y en eso llegó Aldemaro diciéndome que me quitara  el esmoquin porque había llegado Frank Quintero y a él se le había olvidado el esmoquin y tenía que cantar con Onda Nueva. Arrancó el festival y Frank Quintero con mi esmoquin y yo en interiores en un baño del Teatro Municipal, cuando él terminó me puse mi esmoquin y salí. En una de esas uno de los músicos me dice que estaba sentado y escuchó cuando una señora le decía a otra ¡ay pobrecito Morean! Frank Quintero le tuvo que prestar el esmoquin”.

¿Cuál fue el aporte de estos festivales?

Con los festivales se promocionaba musicalmente a Venezuela en el mundo. Todas las personas que participaban tocaban Onda Nueva a su manera, el maestro convocaba a un grupo de músicos y les mandaba el patrón rítmico y con eso ellos participaban. Se hicieron tres ediciones y dejaron de hacerse por cuestiones políticas. Después los festivales en general empezaron a decaer acá. Pero estos de Onda Nueva abrieron la puerta para muchas cosas. Estos festivales empiezan porque Aldemaro nunca paraba.