“Aldemaro Romero ha sido el músico venezolano más importante de todos los tiempos”
Entrevista a Jacques Braunstein
Por Nayari Rossi, Marzo 2008
En 1951 Jacques Braunstein llegó a Venezuela. Una idea formaba parte de su equipaje: tenía la intención de formar un movimiento jazzístico en el país. Le habían comentado de un director de orquesta que era aficionado al jazz.
En palabras de Braunstein “Aldemaro era un director avanzado para su época”. Braunstein lo llamó y el director lo invitó a su programa en Radio Continente.
Braunstein se dirigió a los altos del cine principal frente al Congreso Nacional, en donde se encontraba la estación de radio. “El estudio era muy pequeño y los músicos eran muchos para un espacio tan reducido, conocí a Aldemaro y fue muy amable”, comenta Jacques Braunstein. Lo que siguió fue una cita para una jam session.
“El mismo Aldemaro consiguió el auditorio de Radio Caracas Radio que estaba en aquel entonces de Bárcenas a Río en donde quedamos en hacer la primera sesión de jazz. Llegó el día y yo estaba esperando a Aldemaro, eran las 7:30 de la noche, las 8… 8:15…8:30 y en aquel entonces no teníamos celulares, entonces decidí llamarlo a su casa y me atiende su suegra, así que le pregunto por el maestro Aldemaro Romero y me dice que no está. Le dije, ¿usted sabrá a dónde fue? Y me respondió que había ido al cine con Margot, su esposa para aquella época, o sea que olvidó por completo nuestro encuentro. Esa fue la primera de muchas anécdotas”.
Una onda diferente
Para aquel entonces Aldemaro Romero andaba, definitivamente, en una onda diferente. Su estadía en Nueva York y su posterior grabación con la RCA del conocido disco Dinner in Caracas representó una época de éxitos. “El tiempo en Nueva York fue muy fructífero porque Dinner batió récord de ventas”.
En el pentagrama mundial figuraban notas venezolanas. Comenzaba una etapa creativa que marcaría para siempre la historia musical del país. “Un sábado por la tarde yo estaba en mi casa. Sonó el teléfono y atendí, era el maestro Aldemaro Romero. Me preguntó qué estaba haciendo y yo le dije que nada en especial, me dijo “bueno si puedes vente a mi casa”. Él vivía en una quinta muy bonita en Vista Alegre que se llamaba Criollísima. Cuando fui ahí también estaban el contrabajista, Romerito, y el Pavo Frank y empezaron a tocar. Entonces escuché una música nueva y diferente. Cuando terminaron de tocar le dije “me encantó, ¿qué es esto?, él me preguntó cómo llamaría yo esa música… para mí que es Onda Nueva pero déjame pensar un poco más, le dije. Él dijo no, Onda Nueva quedó”.
¿Por qué Onda Nueva?
Como una onda marina si se quiere y nueva porque era diferente. En Brasil en aquel entonces ya había tomado ciertas raíces el Bossa Nova. Bossa es difícil de traducir pero si buscamos una traducción sería un lenguaje nuevo y Onda Nueva es una onda diferente en la música venezolana.
¿Qué es la Onda Nueva?
Es un joropo moderno. Es una creación única y excepcional de Aldemaro Romero. Al Pavo Frank se le ocurrió cómo acompañar la Onda Nueva.
¿Cuál es la influencia del maestro dentro de la música venezolana?
Aldemaro Romero ha sido el músico venezolano más importante de todos los tiempos por su cantidad y calidad de obras, no existe en la historia de la música venezolana ningún compositor que le llegue cerca. Lo más importante de su obra es lo diversa que es tanto popular como académicamente. En lo que corresponde a la música popular tuvo el talento de crear bellas canciones, las palabras que usaba son un excelente ejemplo de creatividad y chispa criolla; cuando uno escucha esas palabras uno dice ¡qué maravilla como las combinó! Ahora es cuando está empezando a verse y escucharse su influencia sobre una generación de músicos. Sus obras son tantas y quedan tantas por estrenar que se necesitarán 30 o 40 años para poder conocer totalmente su importancia.
¿Cuál es su canción preferida?
Me gustan todas, no hay una de él que pueda decir que no me gusta, sin embargo hay dos que me gustan mucho. “Quien” en la voz de Sela, me gusta muchísimo y hay otra canción cantada por el mismo Aldemaro que también me gusta mucho, se llama “Mi perro”, las palabras tienen muchísima picardía, mucho ingenio y creatividad.
¿Qué recuerda del Aldemaro amigo?
Compartíamos el gusto por el buen vino y la buena comida. A él le gustaba mucho la comida de mi esposa Odalis. Ella le cocinaba unos pimentones de piquillo con queso de cabra, rociados con vinagreta valsámica, ella llamó al plato “pimentones Aldemaro”.
Jacques Braunstein tiene un delicioso acento gutural y habla con la paciencia de un hombre con ricas experiencias. Al final de una conversación sobre quien fuera un gran amigo, sólo le resta decir: “mi querido amigo se fue hace poco más de un año, creo que a todos los que los queremos nos hace mucha falta. Aparte de ser un gran hombre, compositor y amigo, era culto y autodidacta, lo cual es un doble mérito y creo que el valor de Aldemaro Romero se irá profundizando en la medida de que se conozca mejor su obra con los años”